Trofeos de carne humana como pedazos de tocino
Las normas de pulcritud alimenticia propias del mahometismo y del judaísmo prohiben el consumo de carne de cerdo. El paralelismo, hasta aquí: la primera confesión rompe el equilibrio a partir de la fotografía difundida mundialmente de un comando de Hamas exhibiendo los restos de unos israelíes asesinados por ellos, mientras ofrecen a la vista de la cámara ejemplares del Corán abiertos, en pleno acto de profesión de fe. La carne de hombre no es carne de cerdo; quizás por ello sea permisible mostrar trofeos de carne humana vencida mientras se proclama la fidelidad a la propia religión. El movimiento palestino de liberación nacional marca así un hito histórico: supera la cota de degradación alcanzada por el nazismo hitleriano en los campos de exterminio. Palestinismo y nazismo se anúan en un mismo proyecto: aniquilar al pueblo de Israel en aras del propio irredentismo como punto de partida para terminar con cualquier vestigio de democracia en el mundo.
La izquierda europea y los intelectuales viven en una ficción fatal; creen que los palestinos luchan con unas precarias piedras contra una implacable máquina militar genocida israelí. En realidad, el ejército israelí es la garantía de que no llegue a materializarse el único punto que todos los países árabes tienen en común: el exterminio físico, no sólo político, del pueblo de Israel. Nada de piedras lanzadas por niños oprimidos contra los tanques: fanáticos suicidas munidos de dinamita se hacen estallar en las pizzerías y discotecas donde la juventud israelí acude a divertirse pacíficamente. La misma política exterminadora de la juventud democrática llevada a cabo en su tiempo por las fuerzas de choque SA hitlerianas.
Los militantes de izquierdas demócratas contemplamos con pesar cómo la cultura izquierdista europea es judeófoba sin saberlo. Los caricaturistas satíricos de la prensa contribuyen a perpetuar una conciencia del todo infame, en este sentido. Claro que el dibujante Ferreres, de El Periódico de Catalunya, es antisemita. La pena es que lo es sin saberlo. Le repele la imagen prepotente del primer ministro Sharon, pero olvida que él puede ser depuesto por su ciudadanía, mientras que el entramado corrupto de la cúpula dirigente palestina forma parte inseparable del universo antidemocrático árabe: una cleptocracia generalizada que mantiene aherrojados a sus propios pueblos bajo la excusa de la "amenaza" sionista.
Tal hipermetropía viene facilitada por un discurso cosmopolista engañosamente progresista. Ejemplo: la jueza iraní marginada y reprimida por el clero antidemocrático de su país es galardonada con el premio Nobel. Su primer discurso público versa... sobre el problema palestino, en lugar de erigirse en denuncia de los enemigos de la libertad que le han jodido la vida a ella misma. El propalestinismo es la excusa colectiva de una civilización fracasada que arroja sobre las espaldas de otros su propia incapacidad de evolucionar democráticamente.
La izquierda y la intelectualidad europea traga sopas con honda y no hay nada que le pueda abrir los ojos: ni siquiera el caso de Salman Rushdie. El problema no es el propalestinismo izquierdista; la cuestión es que Europa no ha dejado de ser judeófoba. Simplemente, ha dejado de construir Mauthausens y Auschwitzs; temerosa como es de las decisiones fuertes (¡oh, por favor, que Estados Unidos nos libre de Milosevic y del caos kosovar, nosotros no tenemos huevos!) para que "la causa árabe" le haga el trabajo sucio. Por ello se empeña en creer que el movimiento palestino es aún una resistencia laica y progresista, un renacer árabe en el que las mujeres combatirán al lado de los hombres y gozarán de igualdad de derechos (Leila Jaled, Hannan Ashraui) y el liderazgo será frentepopulista, con alianza de nacionalistas burgueses (Arafat) y marxistas laicos (George Habache). Una mierda: los trofeos de carne humana frente la cámara fotográfica hablan por sí solos.
Nota bene: los republicanos, comunistas, socialistas, catalanistas y masones españoles sufrieron una represión incomparablemente más cruel que la de los palestinos. Figura en nuestro registro de honor haber combatido siempre lealmente al adversario, haber luchado contra el nazismo y haber defendido a la Unión Soviética ante el ataque nazi.
DOSSIER: Los vínculos privilegiados entre nazis y palestinos
"No se pueden evocar los vínculos entre los musulmanes y en particular los palestinos, sin evocar la personalidad del Gran Mufti de Jerusalén y sus vínculos con el régimen nazi (...) Husseini tenía lazos de parentesco directo con numerosos líderes importantes del mundo palestino, empezando por Yasser Arafat, del cual era tío, y Faisal Husseini, del cual era abuelo".
"El Mufti, esponsorizado por la Alemania nazi (se dedicó a actividades como)la organización de los musulmanes en unidades militares en los países ocupados por el Eje (...) la puesta enfuncionamiento de legiones árabes controladas por los alemanes, así como la brigada árabe".
La izquierda europea y los intelectuales viven en una ficción fatal; creen que los palestinos luchan con unas precarias piedras contra una implacable máquina militar genocida israelí. En realidad, el ejército israelí es la garantía de que no llegue a materializarse el único punto que todos los países árabes tienen en común: el exterminio físico, no sólo político, del pueblo de Israel. Nada de piedras lanzadas por niños oprimidos contra los tanques: fanáticos suicidas munidos de dinamita se hacen estallar en las pizzerías y discotecas donde la juventud israelí acude a divertirse pacíficamente. La misma política exterminadora de la juventud democrática llevada a cabo en su tiempo por las fuerzas de choque SA hitlerianas.
Los militantes de izquierdas demócratas contemplamos con pesar cómo la cultura izquierdista europea es judeófoba sin saberlo. Los caricaturistas satíricos de la prensa contribuyen a perpetuar una conciencia del todo infame, en este sentido. Claro que el dibujante Ferreres, de El Periódico de Catalunya, es antisemita. La pena es que lo es sin saberlo. Le repele la imagen prepotente del primer ministro Sharon, pero olvida que él puede ser depuesto por su ciudadanía, mientras que el entramado corrupto de la cúpula dirigente palestina forma parte inseparable del universo antidemocrático árabe: una cleptocracia generalizada que mantiene aherrojados a sus propios pueblos bajo la excusa de la "amenaza" sionista.
Tal hipermetropía viene facilitada por un discurso cosmopolista engañosamente progresista. Ejemplo: la jueza iraní marginada y reprimida por el clero antidemocrático de su país es galardonada con el premio Nobel. Su primer discurso público versa... sobre el problema palestino, en lugar de erigirse en denuncia de los enemigos de la libertad que le han jodido la vida a ella misma. El propalestinismo es la excusa colectiva de una civilización fracasada que arroja sobre las espaldas de otros su propia incapacidad de evolucionar democráticamente.
La izquierda y la intelectualidad europea traga sopas con honda y no hay nada que le pueda abrir los ojos: ni siquiera el caso de Salman Rushdie. El problema no es el propalestinismo izquierdista; la cuestión es que Europa no ha dejado de ser judeófoba. Simplemente, ha dejado de construir Mauthausens y Auschwitzs; temerosa como es de las decisiones fuertes (¡oh, por favor, que Estados Unidos nos libre de Milosevic y del caos kosovar, nosotros no tenemos huevos!) para que "la causa árabe" le haga el trabajo sucio. Por ello se empeña en creer que el movimiento palestino es aún una resistencia laica y progresista, un renacer árabe en el que las mujeres combatirán al lado de los hombres y gozarán de igualdad de derechos (Leila Jaled, Hannan Ashraui) y el liderazgo será frentepopulista, con alianza de nacionalistas burgueses (Arafat) y marxistas laicos (George Habache). Una mierda: los trofeos de carne humana frente la cámara fotográfica hablan por sí solos.
Nota bene: los republicanos, comunistas, socialistas, catalanistas y masones españoles sufrieron una represión incomparablemente más cruel que la de los palestinos. Figura en nuestro registro de honor haber combatido siempre lealmente al adversario, haber luchado contra el nazismo y haber defendido a la Unión Soviética ante el ataque nazi.
DOSSIER: Los vínculos privilegiados entre nazis y palestinos
"No se pueden evocar los vínculos entre los musulmanes y en particular los palestinos, sin evocar la personalidad del Gran Mufti de Jerusalén y sus vínculos con el régimen nazi (...) Husseini tenía lazos de parentesco directo con numerosos líderes importantes del mundo palestino, empezando por Yasser Arafat, del cual era tío, y Faisal Husseini, del cual era abuelo".
"El Mufti, esponsorizado por la Alemania nazi (se dedicó a actividades como)la organización de los musulmanes en unidades militares en los países ocupados por el Eje (...) la puesta enfuncionamiento de legiones árabes controladas por los alemanes, así como la brigada árabe".
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